Me gustas
por
lo que adivino detrás de tu mirada,
por
lo que presiento en tu boca,
por
el silencio lejano de tu mirada,
por
tu actitud serena,
por
tu cuerpo
que
parece que fuera para mí,
por
los sueños
que
despiertas en mí,
y
por la alegría de tu presencia,
por
el deseo que siento de ir hacia ti,
de
tomarte entre mis brazos
para
bailar contigo,
por
el placer de acercarme a ti
y
hablar del mundo y de todo,
por
poder percibir tu olor
y conocer el calor tuyo.
Me
gustas,
porque
me enamoras antes de conocerte,
porque
es un milagro que existas
y
que quizá
un
día tú y yo podamos
encontrarnos
en una playa lejana
y
nadar esta eternidad que nos separa.