Para Esther
Te
llevo en mí
como
si fueras mil velas encendidas
que
queman mi tristeza.
Nado
en tu mirada mientras mi boca
busca
nuestro primer beso de la mañana.
Cierro
los ojos para verte mejor.
Las
estrellas de tus ojos navegan por mis venas.
Me
acerco a ti para dejar
que
tu cuerpo se vuelva mi cuerpo.
Mi
deseo recorre tu deseo
una
vez más por
el camino de besos
que
hemos dejado en los dos.
Estoy
embriagado de ti,
de
los días que paso contigo,
de
tus amadas manos
que
bordan en mi piel secretos que nunca olvidaré.
Estoy
al borde de dejar de ser yo
para
ser sólo fuego en tu fuego,
lluvia
en tu mar.
Naufrago
en tus ojos
del
color de todas las mieles hispalenses.
Me
pierdo en el cielo de tus pecas.
Estoy
embriagado del amor
que
vas dejando regado al azar
por
mi geografía.
Amor,
estoy enamorándome de ti
para
siempre.