Cuando vuelvas conmigo
tómame
en tus brazos,
hazme
visible, palpable,
humano,
frágil y débil,
déjame
ver en tus ojos,
sentir tus manos en la piel
de
ese yo secreto y tímido
que
me habita y gobierna.
Ese
yo que sólo tú conoces,
el
que vive detrás de mis poemas
soñando
en ti.
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