Vivir con la muerte,
ser la muerte en vida,
llevar el final desde
el comienzo,
ser la caída en pleno
vuelo,
la lágrima que nunca
termina de llorar,
la noche iluminada por
pájaros oscuros,
ser yo aunque no
quiera,
dolerme de cada
instante en que respiro y vivo,
ser a pesar de mí, en
contra de mí,
y seguir vivo al final
del día y correr
a dormir con la
esperanza inútil
de no despertarme más.
Vivir para morir,
morir viviendo y dejar
de ser
siendo.
Reír desbordado de
tristeza
mordiéndome las
entrañas.
Vivo sin vivir y así y
todo,
cada día muero,
y al morir estoy
naciendo
para seguir muriendo
en esta vida, que es mi
muerte
y no la vida.
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